Y de repente llegaron las FRESAS





Lo bueno de llegar a la cima es la bajada. Lo que no nos esperábamos es que el descenso de Trollstingen estuviese salpicado por cultivos de fresas. Me atrevería a decir que son las mejores fresas que hemos probado; grandes y sabrosas (aunque en ese momento sufríamos de Quijotismo, "capaces de ver gigantes en lugar de molinos"!!!).

Además de fresas encontramos arándanos y frambuesas salvajes. Esa fue toda la fruta que tomamos en nuestros días de ciclo ruta (=ni una hoja verde para G.).

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